Consejo de Séneca para comprar regalos

Séneca el Joven fue un filósofo romano: político, orador y escritor conocido por sus obras de carácter moralista. Destacó como pensador, tanto como intelectual y político, intentando salvar a Roma de su declive por perder los valores de sus antepasados, buscando el placer en lo material, dando lugar a una sociedad amoral que al final desapareció.

Te extraigo este fragmento de “De Beneficiis”, que trae consejos del filósofo para comprar regalos. Sus consejos tienen siglos de antigüedad, pero son muy válidos hoy en día:

De Beneficiis

Imaginemos lo que podría valer el mayor placer después de que se le haya dado: lo que saludaría con frecuencia el ojo del receptor y lo haría pensar en nosotros cada vez que lo vea. Cada vez, tengamos cuidado de no enviar regalos inútiles, como artículos de caza a una mujer o un anciano, libros a un simple o redes de pesca a alguien dedicado a la literatura.

Sin embargo, debemos ser igual de conscientes de que, aunque deseamos enviar regalos de bienvenida, no enviamos cosas que puedan reprender a alguien por una falla, como enviar vino a un borracho o medicina a un hombre sano.

Por algo que descubre una falla en el receptor resulta ser un insulto, no un regalo.

Si la elección del regalo es nuestra elección, debemos pensar especialmente en las cosas que perdurarán, que el regalo puede durar el mayor tiempo posible.

Porque hay realmente pocas personas tan agradecidas que pensarán en lo que han recibido cuando no lo ven. Pero la memoria revive para los ingratos con el regalo en sí mismo cuando está frente a ellos y no les permitirá ser olvidados.

Y debemos buscar regalos que perduren aún más por el hecho de que no debemos recordarles a las personas: dejen que las cosas en sí generen un recuerdo que se desvanezca.

Daré plata que está esculpida en lugar de dinero y doy estatuas más libremente que la ropa o las cosas que se deteriorarán después de un uso breve.

La gratitud dura entre unos pocos más que los objetos mismos.

Mayor es el número entre los cuales los regalos permanecen en mente no más de lo que están en uso.

Así que, si es posible, no quiero que mi regalo se agote.

Deja que dure, deja que se pegue rápido a mi amigo.

Déjalo vivir a su lado.

Séneca, De Beneficiis 1.11-12